Le busco en el orgasmo que le devora un
suspiro a la primavera,
en las noches de investigación surrealista.
En el dolor inmenso de lo finito.
En mi primer poema de amor.
Pero usted insiste en rodear de abrazos mi
ser.
Le busco más allá de los rugidos del mar.
En el sol que alimenta revelaciones y
en la voz trágica del viento.
Pero usted insiste en besar mis lágrimas.
Le busco en el suntuoso escrito de las Odas
de Horacio,
En el aprendizaje de la madre naturaleza.
En la interminable metamorfosis del hombre
inacabado.
Pero usted insiste en susurrarme el mensaje
del alba.
Le busco en el fuego visceral que nos
fusiona.
En el aire puro que se dora por culpa de los
líquenes.
En el agua que fisura la montaña con su paso.
Pero usted insiste en desanudar mis
cicatrices de vidas lejanas.
Le busco en la alegría de una sonrisa
En el abrazo compartido de los seres libres
En la belleza construida a partir del amor
puro.
Y esta búsqueda insiste como un grito
demoledor.
Ya que mi mayor deseo es que usted sea feliz.
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