Palabra

Ricardo Celma

En la tarde de la investigación,
se pronuncia fragante tu nombre:

La viva voz poética.

En ocasiones,
aparece ausente como una ineluctable modalidad de lo audible,
bien podría ser un susurro lejano o una brisa tibia de intensa presencia.

Otras, en meditación murmurante,
su cuerpo cansado refleja la anemia de un decir,
atestando una garrapateada.

Para todo la eternidad.
Esta ahí,
Disparando belleza de sentires compartidos.
Audaz y refulgente.
Vieja o nueva.

Esta ahí,
Orquestando corazones para la nueva era.
Combativa y reflexiva.
Enérgica y popular.

Elevando en la mayéutica la gracia de la producción de una caricia.