Descubrirte,
es la cuestión.
Blanca en eterna claridad,
el febo anuncia nuestro amanecer vivo.
Fluir en el aire libre,
que deshace el devenir desde tiempos inmemorables.
Descubrirte,
en el día lleno de incertidumbre.
Esperarte,
en la caminata de la verdad.
Descubrirte,
en mi para destellar vuestro reflejo.
La piedra se quiebra en un lamento,
que aún no culmina.
El cuerpo hace implosión sin culto
y en la larga noche arrasa la totalidad.
La tierra se barniza del aire y la quietud.
Todo el paisaje esta firme y abyecto ante tanta paz,
donde el contraste es colosal.
El viento hostiga y el sol acaricia
mientras se presagia en la piel el dolor milenario de la imposición.
La verdad es que el llanto de un pueblo cultiva la belleza.
